Descripción:
Oñati es una villa de origen medieval, enclavada en un amplio valle al pie del macizo del Aizkorri, rodeado por montañas y bosques.
El valor artístico de los numerosos monumentos rivaliza con la riqueza natural que ofrecen numerosos parajes de este privilegiado enclave de la geografía guipuzcoana. Algunos de estos rincones de indescriptible belleza son de obligada visita para el viajero curioso e interesado.
Breve Síntesis Histórica:
Oñati es, en la panorámica histórica de Gipuzkoa, a la que pertenece de pleno derecho desde mediados del siglo XIX, algo especial; fue una de las pocas villas de señorío que existieron en Euskadi.
Enclavada casi en el corazón de la Euskadi peninsular, ocupa un hermoso valle rodeado por todas partes de verdes montañas , menos por el sur, donde señorea la caliza mole del Aloña (1.324 m.).
Oñati significa en euskara: "lugar abundante en colinas", lo que cuadra admirablemente con lo que contempla su visitante.
Oñati fue durante siglos señorío y más tarde condado. Esto presupone que el señor tenía sobre el pueblo una serie de derechos, que sus moradores tuvieron que aguantar a regañadientes.
El sistema político imperante en aquellos tiempos se traducía en que el señor o conde de Oñati era la máxima autoridad: cobraba los impuestos tanto civiles como eclesiásticos, nombraba al alcalde y al abad de la iglesia, ejercía la justicia, mandaba las tropas que en tiempo de guerra se reclutaban etc. La familia de los Vela primero, y más tarde los Guevara, disfrutaron de estos derechos señoriales. Su morada habitual era el castillo de Guevara, en Alava, al otro lado de los montes de Artía, límite de Oñati con ese territorio.
Los oñatiarras fueron siempre díscolos y lucharon contra su señor con las pocas armas que poseían. La historia de Oñati desde que se tiene noticias hasta el siglo XVII es una lucha continua para emanciparse del poder condal. Históricamente sabemos que en 1.389 hubo una revuelta en pro de mayores libertades. El fracaso fue total, pero las reivindicaciones se mantuvieron. En el siglo XV consiguieron que el alcalde se nombrase por votación, si bien el conde se reservaba la facultad de confirmar el alcalde ordinario electo por el pueblo, y seguía nombrando otro alcalde, el mayor.
La verdadera contienda contra el conde comenzó en el siglo XVI y en ella participaron el concejo y el cabildo eclesiástico. Cuando se convencieron que los enfrentamientos más o menos violentos servían de poco, optaron por la vía legal, y a partir de 1.540, cuestionaron ante las más altas instancias los derechos señoriales, exigiendo que la villa fuese realenga, lo que significaba incorporarse a Gipuzkoa y disfrutar de sus fueros.
Este pleito duró hasta 1.652 y lo perdió el pueblo. sin embargo, las ideas políticas iban evolucionando, y los Guevara ascendiendo en categoría en la Corte, lo que se tradujo en un alejamiento y dejación de sus derechos. Y llega el XVIII. las corrientes antiseñoriales dela nueva dinastía reinante hicieron que sin necesidad de nuevos pleitos , el Concejo de Oñati fuese consolidándose.
Como exponente de este poder municipal se construye el edificio del ayuntamiento barroco que señorea la plaza. De lleno en el siglo XIX, al suprimirse por decreto los señoríos, Oñati pudo realizar su secular anhelo: unirse a Gipuzkoa. Ocurrió en 1.845.
Tfnos:
Policía Municipal: 943 78 04 11
Servicio de Salud: 943 78 28 12
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